El temporal abarata la madera y acentúa la crisis de los bosques en Cataluña El bosque ya no es negocio. Con el precio de la madera por los suelos, solo han faltado los desperfectos causados por los temporales de este invierno para acabar de hundir al sector. «Ni las mejores masas forestales son rentables hoy en día», afirma Irina Prokofieva, técnica del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC). Los silvicultores –los cultivadores de bosques– aseguran que, si no logran obtener una rentabilidad (o no se les da ayuda), les será difícil mantener las propiedades libres de leña caída y de maleza, con el riesgo que eso entraña cuando llega el verano y crece el riesgo de incendios. La única solución, sostiene Prokofieva, coautora de un exhaustivo estudio sobre el aprovechamiento del bosquemediterráneo, es «que el propietario forestal reciba una parte del valor de los productos que genera el bosque, ya sean las setas, la caza, el carbón o las actividades lúdicas». «Solo las setas resultan hasta 10 veces más rentables que la madera», indica la técnica. La madera, que según el técnico del Consorci Forestal de Catalunya,
Josep Maria Tusell, se pagaba a finales del año pasado a entre 30 y 35
euros la tonelada –en función de la calidad y del diámetro del tronco–,
no da ya para vivir. Con los dos temporales de este año (el de enero y
el de marzo), «lo más probable es que cuando esa madera llegue a las
serrerías se pague aún más barata». El único consuelo, agrega Tusell, es
que «los árboles que han caído con la última nevada son de poco peso y
la pérdida, en volumen de madera, no será tan elevada como el año pasado
con el vendaval». La madera representa, según la experta, «un 25% de la producción
forestal». «El propietario de un bosque provee muchos servicios a la
ciudadanía, pero no recibe unos ingresos suficientes para vivir de ese
bosque», observa Prokofieva. De ahí, que el abandono sea cada vez mayor.
«A pesar de los incendios y el desarrollo urbanístico, los bosques de
Catalunya han aumentado superficie y volumen en los últimos veinte
años», agrega Eduard Plana, ingeniero de montes y director del CTFC. Por eso, cada vez hay más voces que reclaman que, entre otras
opciones, se plantee la posibilidad de regular el acceso al bosque
previo pago a los propietarios. Se trata, en definitiva, de la
controvertida tasa de los boletaires, que cada cierto tiempo salta a la
palestra y es objeto de críticas y halagos. «Es una medida impopular en
Catalunya, porque la tradición de ir al bosque es antigua y no se
entiende el hecho de tener que pagar, pero en otros lugares funciona con
éxito», señala Prokofieva. Hay otras alternativas. Países como Finlandia han creado líneas de ayudas «por las que se compensa a los propietarios forestales a cambio de que preserven la biodiversidad, ya que manteniendo el bosque están dando al mismo tiempo protección a especies amenazadas o autóctonas», relata. Otra posibilidad analizada por el Centre Tecnològic es la explotación micológica del bosque. «Solo con cortar un 25% de los árboles de una parcela, se consigue que la producción de robellones (o níscalos) se multiplique por seis», relata Juan Martínez, técnico de la entidad, que dirige una investigación de dos años sobre este asunto en los bosques de Poblet (Conca de Barberà). «¿Qué se puede plantear el dueño de un bosque, que se ha gastado dinero realizando una intervención de aclarado? Pues que pueda cobrar a quienes se beneficien de las setas», apunta Martínez. Otras alternativas recomendadas por los expertos son el cultivo de
trufas; el de hierbas aromáticas y medicinales, que se destinan a la
industria alimentaria y a la cosmética; la plantación de árboles de
maderas nobles para que la madera sea más cara, y la producción de
biomasa, con destino a la climatización. Para retirar la madera caída en el 2009 en los bosques de titularidad pública, la Generalitat destinó el año pasado 7 millones de euros y contrató a 1.000 personas inscritas en el Servei d’Ocupació de Catalunya. Estas brigadas trabajaron en 115 municipios y limpiaron 31 perímetros de protección prioritarios, explica la Conselleria de Medi Ambient. El Consorci Forestal, el organismo que agrupa a los propietarios particulares, replica que el bosque público representa poco más del 20% de la superficie, mientras que el 78,5% restante es de titularidad privada. Para limpiar esa amplísima extensión, recuerda la entidad, solo se habilitaron ayudas por un importe de 4 millones de euros, por debajo de los 10 millones que hubieran sido necesarios. Esta vez, el 90% de las zonas forestales dañadas por la nevada están
en manos de particulares, admitió ayer el conseller de Medi Ambient,
Francesc Baltasar. La cantidad de madera por recoger está aún por
determinar –el inventario se está haciendo todavía– , pero todo apunta a
que el volumen de leña será ingente. Para consultar el pdf pinchar aquí. |
NOTICIES >